lunes, 2 de diciembre de 2013

DE FLIRTEOS Y SEDUCCIONES

Arriba, abajo, abajo, arriba, girando en circular como en una noria, en oblicuo, atravesando en diagonal la Plaza Mayor... … Celes y su amigo exploran las vías por donde toparse con jovencitas que puedan darle cierto esplendor, a la vida anodina de una semana sin sal ni pimienta. Muchas de ellas vuelan, como bandadas de golondrinas, hacia lugares recónditos. Algunas, sin embargo, se prestan al juego de sus alocados flirteos, conspirando con ellos en momentos exploratorios que se desvanecen al instante en un “adios”, “hasta luego” ó “ya nos veremos”. Tardes de domingo deambulando de flor en flor, acariciando encuentros fugaces que les dejan a ambos el amargor de haber rozado la superficie de muchas y el alma de ninguna. Después, en el prefacio de la noche, la vuelta hacia el castillo se hace apresurada. No están seguros que el portón de acceso esté abierto. Sudorosos y jadeantes, llegan cuando ya el guardián de la fortaleza ha echado las llaves y sellado la entrada. No queda otro remedio, habrá que intentar penetrar en la morada franqueando el muro lateral, e implorar que, las monjas que sirven a los residentes, los dejen acceder a la nave de comunicación con las instancias del castillo. Después, esperar que el superior de turno no haya tenido un mal día, y pueda quedar todo en una reprimenda evitando el castigo.
---- Hay un lugar, en las inmediaciones del arroyo, donde el loco ha construido una cabaña. Y allí se dirige cada día, tras pulular por los alrededores, como un corre-caminos sin rumbo, portando pertenencias que va recogiendo, desperdigadas, por las esquinas de su prolija existencia. No sabe cómo dar acomodo a todos esos bártulos oníricos que en su día estaban repletos de significado. Ha intentado clasificarlos en función del nivel de impacto que provocan en sus entrañas convulsas, pero no hay manera de que permanezcan organizados. A cada momento el rigor del golpe permuta, y una experiencia que ayer estaba diluida en la sustancia líquida del olvido, hoy sale a la superficie como iceberg flotando sobre las aguas. ¿No será que esté dando vueltas a la noria (su cabeza) intentando flirtear con la imágenes semiborradas de otro tiempo que, él cree, glorioso? (“Habrá que salir de la choza, loco, y dirigirte hacia otros lugares, donde los muros sean franqueables. Tal vez puedas encontrarte con quienes no usen artimañas de seducción engañosas. Tal vez, en otro lugar, puedas liberarte de tus fantasmas”).

No hay comentarios:

Publicar un comentario