viernes, 29 de noviembre de 2013

REBELIÓN

Que cuelguen de los torreones las banderas de la rebeldía. Hay que romper las barreras de la sumisión. Porque de nada le sirve al cobarde enredarse en su ovillo cerrado y evitar los conflictos que le puede acarrear sinsabores. Ponerse al frente de la expedición, esa es la consigna que desde su interior siente el joven Celes, cuando ve a sus compañeros dispuestos para la batalla. No es una lucha cruenta, se trata de plantarse ante el profesor, que atiborra de apuntes a sus alumnos y los somete a exámenes traicioneros, sin visos de racionalidad. Se va despertando la sensibilidad por la injusticia, y el impulso por comprometerse lleva al grupo a una rebelión en las aulas. Y aunque al final claudica la revuelta se han dado los primeros pasos para no tragar con todo lo que venga, ni comportarse como mansos corderos ante la adversidad.
---- ---- ---- En otro tiempo está el loco, a quien le quieren quitar hasta el derecho a la queja. Ya no es tiempo para levantarse. O tal vez sí, quien lo sabe. Tal vez alguna mañana el sol le transmita el valor para enfrentarse a la carga de materiales que lleva dentro de su zurrón. Esos materiales injustificados con los que se ha dejado cargar por la vida. Muchos maestrillos han puesto sobre sus espaldas enseres innecesarios, sufrimientos sin justificación, inquietudes que no llevan a ninguna parte, y que le han impedido vivir desde la sencillez de lo simple. Sí, quizá algún día, como surgido de un tarro de alquimista, surja la fuerza para enfrentarse a los diablos que le acorralan y se desprenda del fardo que no le deja avanzar. Cuando llegue ese día, habrá ganado la principal batalla que debería realizar en su vida.

1 comentario:

  1. Morir soñando, sí, mas si se sueña
    morir, la muerte es sueño; una ventana
    hacia el vacío; no soñar; nirvana;
    del tiempo al fin la eternidad se adueña.

    Vivir el día de hoy bajo la enseña
    del ayer deshaciéndose en mañana;
    vivir encadenado a la desgana
    ¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?

    ¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
    ¿Vivir el sueño no es matar la vida?
    ¿A qué poner en ello tanto empeño?:

    ¿aprender lo que al punto al fin se olvida
    escudriñando el implacable ceño
    -cielo desierto- del eterno Dueño?

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