jueves, 2 de febrero de 2012

Asignatura pendiente

¡ Qué amarga es la vida que nos borra huellas significativas y experiencias que nos electrificaron en su momento!. Es como si nos produjera encuentros para sepultarnos en desencuentros. Nos enseña lo dulce y nos deja con cara de dejar permanentemente asignaturas pendientes. Nos hacemos mayores, "maduramos", nos esclavizamos a un trabajo, nos emparejamos, nos adueñamos de una familia, un automóvil, un chalet en la playa, un sinfín de objetos de "valor?"... En fin, construimos una muralla que no permite dejar entrar en nuestra vida relaciones y encuentros naturales, espontáneos, electrificantes. Y olvidamos o dejamos perdidos en la penumbra aquellos que en su momento nos llenaron de vida.
Pero tengo la sensación de que estamos llamados a hacer de las relaciones y encuentros con los demás el sentido de nuestras vidas. El encontrarnos con otros, vivir relaciones expansivas..., da esplendor a nuestra existencia, situándonos en una común-unión que no debe de tener fronteras. Brindo por ello.

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