lunes, 2 de abril de 2012
Ocultismo y evasión
Las supersticiones, mitos, creencias ocultistas, hechicerías, nigromancias, brujerías, adivinaciones, tabúes, fetiches, amuletos..., no pocas veces engendran una constelación de peripecias ligadas a la naturaleza humana, de la que resulta difícil desembarazarse. Suelen producirse con más vehemencia en épocas de crisis y en situaciones críticas de las personas. Entiendo que dichos fenómenos vienen determinados por ese afán o impulso interior de trascender a la propia realidad. Unas veces, porque el misterio que nos rodea resulta tan indescifrable que necesitamos asirnos a alguna explicación que, a falta de razón fundamentada, se sustente al menos, en fantasía. Otras veces porque necesitamos algún resquicio por el que nos evadamos o amortigüemos el golpe de una existencia, que tantas veces nos machaca o engulle en sus fauces. No pocas veces necesitamos de objetos o experiencias que otros nos brindan (generalmente vinculado a intereses lucrativos de quien nos lo ofrece), con la proyectada finalidad de aliviar nuestras penas o conseguir dinero, amor y bienestar. Y otras, vivimos con tanta incertidumbre el futuro, que buscamos ansiosos el bálsamo de algo o alguien que nos pronostique los acontecimientos que nos van a suceder.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario